miércoles, 7 de diciembre de 2011

Competencias del profesor y alumno en educación básica, media superior y superior.

COMPETENCIAS Y SABERES ESENCIALES PARA EL SIGLO XXI

Los rasgos que se desean del alumno en la educación básica son simples: “Dominio del lenguaje (ya sea escrito u oral), razonamiento, argumentos, análisis, investigaciones, toma de decisiones,  poner en práctica lo aprendido, reconocer sus potencialidades”[1]. Esto es lo tan famoso que hace al ser integral a ese ser analítico, reflexivo, pero sobre todo critico, que argumente sus conocimientos y los nuevos que adquiere, que use todo lo que tiene para dar que es demasiado, uno como docente explotar cada una de las potencialidades de los alumnos que son muchísimas, así este alumno termina con un aprendizaje significativo,  porque es autónomo usa lo que él tiene para él mismo y para los demás, a través de compartir experiencias, conocimientos , y buscar que el alumno adquiera el APRENDIZAJE PARA LA VIDA, que a fin de cuentas es el que importa, es el que practicará y es el que perdurará.
Que el alumno aprenda con el maestro, sin el maestro y a pesar del maestro.
El alumno debe de aprender con el nuevo enfoque que es el de competencias, para que salga competente para la vida. “En todo el mundo cada vez son más altos los niveles educativos requeridos a hombre y mujeres para participar en la sociedad; en este contexto es necesaria una educación básica que contribuya al desarrollo de competencias amplias para mejorar la manera de vivir y convivir en una sociedad cada vez más compleja”[2]. Aquí vuelvo a reafirmar las competencias que debe de tener el alumno: capacidades, habilidades, valores y actitudes. Todo esto nos lleva a los pilares básicos de la educación e integrales que van con el saber hacer, saber ser y saber, ya que estas combinan destrezas y actitudes del alumno y lo hacen el ser competente, que debe ser ya que el alumno debe salir con la habilidad de saber aplicar todo el conocimiento que tuvo en su nivel básico y no solo eso sino buscar más allá de lo que aprendió y rectificarlo así sabrá dar solución a cada uno de los problemas que se le enfrenten en su vida diaria y tendrá una mejor convivencia con la sociedad. Se desenvolverá mejor allá, allá afuera en la calle, en la vida enfrentándose y topándose con problemas, que él solo tendrá que resolver no tendrá ni a su maestro ni a su papá se tendrá él solo y preparado para la vida.


Hoy en día con este mundo tan globalizado le presenta muchos retos al profesorado, ya que tiene que ir ala par con el alumno, ya que los avances de las tecnologías de la información y comunicación vas aceleradamente. Y con esto las nuevas generaciones  jóvenes y  niños requieren que el nuevo maestro con los nuevos modelos pedagógicos, necesita una innovación y este ejercer su papel: facilitador del aprendizaje, tutor, orientador educativo, diseñador de materiales educativos, elaborador de instrumentos de evaluación, asesor de padres, mentor o guía de compañeros sin experiencia, etc.
Elena Luchetti (2008: 70)[3] propone una nueva matriz de formación docente que responda a las exigencias de la educación contemporánea que implica formarse en y para:
a) la diversidad de la sociedad que está cada vez más interconectada;
b ) la educación permanente: por la actualización constante que requiere el progreso acelerado del conocimiento;
c ) el trabajo por competencias en un mundo laboral en continua especialización,
d) la selección de contenidos: en la maraña de una red de información no siempre veraz y confiable, adecuados a las necesidades actuales del conocimiento;
e ) el empleo de otros espacios curriculares, además de la clase magistral (seminarios, talleres, mediatecas, laboratorios, prácticas de campo, modelos abiertos y a distancia, etc.);
f) favorecer la autonomía, o la capacidad de estudio independiente;
g ) fomentar la participación que lleva al aprendizaje colaborativo y al compromiso social;
h ) articular interáreas, interciclos e interniveles, para romper con los modelos curriculares atomizados;
i ) la resolución de problemas y el trabajo por proyectos, puesto que el desarrollo más justo de todas las naciones requiere la solidaridad y la cooperación;
j ) la resolución de conflictos, en un mundo caracterizado por más contactos interculturales y, por ello, propenso a ciertos desencuentros entre personas y comunidades de orígenes diversos.


Gloria de la Garza Solís propuso que la formación y superación continúa del profesorado debería atender tanto el ámbito profesional, como en el personal en cinco áreas:
a) Disciplinaria, es decir la actualización continúa en los contenidos que se enseñan.
b ) Pedagógica, o sea, la incorporación en la propia práctica de innovaciones teórico-prácticas en el campo educativo.
c ) Tecnológica e instrumental para el manejo eficientes de las herramientas electrónicas y de la informática.
d ) Cultural, con referencia a las habilidades de comunicación del docente (lectura, escritura, expresión oral), así como su acervo cultural personal y sus intereses estéticos.
e ) Desarrollo humano, lo cual implica un autoconomiento para le mejoramiento de actitudes hacia sí mismo y hacia otros, carácter, valores, salud física y emocional.[4]


“los profesores ahora deben de ser generadores, innovadores y experimentadores de conocimientos y actitudes utilizándolas en las aulas con sus compañeros y en las instituciones a lo largo de su vida”


BIBLIOGRAFÍA

[3] LUCHETTI, E. (2008) Guía para la formación de nuevos docentes. Buenos Aires: Bonum.
[4] DE LA GARZA, G. (2003) “La evolución del encargo docente. Las funciones del maestro en el siglo XXI” en Ethos educativo 27. Mayoagosto pp. 25-33. México.

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